Juan Varela inicia su artículo estableciendo una especie de manifiesto: “Abogamos contra la interpretación abusiva de los derechos de autor y el abuso de la propiedad intelectual. Estamos convencidos de que la piratería comercial es un delito, pero también que impedir el derecho de uso y cita justa de ideas, patentes o procesos patentados o sometidos a copyright para crear nuevas obras es un atentado contra la cultura y la investigación científica y técnica.
Algunos también pensamos que los autores deben vivir de su obra si pueden, pero no sus herederos, sobre todo cuando son las entidades gestoras de los derechos, las productoras o distribuidoras, que disfrutan de 70 años más de derechos tras la muerte del o los creadores.
Como delincuentes que somos pensamos que cuando uno compra una obra (libro, película, disco, etc.) tiene derecho a hacer copias privadas para leerlo, escucharlo o verlo en cualquier dispositivo que use.
También pensamos que las obras financiadas con dinero público deben volver al dominio público lo antes posible para poder ser utilizadas por toda la sociedad que las ha pagado.” El resto esa una defensa ante ataques a esta postura:
Delincuentes rigurosos.