Gina Montaner,
La sonrisa vertical: “No me extraña que languidezcan en los estantes las obras eróticas de George Bataille, el marqués de Sade o la preciosa novela ‘’iniciática’’ de Almudena Grandes Las edades de Lulú, cuando un ejército de mujeres que posiblemente nunca en su vida han leído Historia del ojo se apunta al último grito en cirugía estética: labioplastia y vaginoplastia. Es decir, van más allá de la fantasía que encierran las tapas malvas del exquisito sello de Tusquets, para hacer realidad lo que sólo era figurativo. La perfecta sonrisa vertical tras pasar por el afilado bisturí del avezado cirujano plástico. Mujeres que aspiran a desbancar a las recauchutadas estrellas del porno con partes pudendas de diseño. [...] las mujeres de a pie, las que ahorran para hacerse una liposucción o quitarse el vello con láser, también se han sumado a la histeria de la sonrisa vertical. La Mona Lisa escondida en la entrepierna. O sea, la pesadilla última de Leonardo da Vinci.”