Santi Benítez,
Realidad: “Esa idea de progreso mastodóntico se convierte en un problema de ceguera que afecta tanto al neoliberalismo como a la izquierda rancia. Unos por simplificación; “Todos los seres humanos tienen las mismas necesidades, vivan donde vivan en la Tierra”, refiriéndose, por supuesto, a dormir, comer, procrear y, claro, producir. Y los otros por lo mismo pero con el agravante de la uniformidad del progreso, la igualdad llevada al absurdo; “El ser humano debe tender a…” Tanto unos como otros son la expresión ridícula de una occidentalización intelectual que nada tiene que ver con esa realidad multicultural. [...] No existen hoy día razones para la extrema pobreza de los países más ricos de la tierra, que no son los occidentales, lo son aquellos que detentan las reservas de materias primas del orbe y, aún así, siguen siendo pobres. ¿Por qué? Porque sus materias primas son explotadas por terceros occidentales en régimen de expoliación. Pero es que aunque esos países consigan el control sobre la explotación de esas materias primas que, a todas luces, les pertenecen, no pueden acceder a los mercados internacionales porque las políticas arancelarias funcionan como filtros para el mantenimiento de dicha expoliación.
Aunque parezca increíble, para encontrar cierta cordura y equilibrio con respecto a todo esto tenemos que mirar hacia el movimiento antiglobalización. ” [Ref.:
Enrique Castro]