La intimidad se va al carajo poco a poco. La fotografía se ha convertido en un constante ojo capturador atento a irrumpir en cualquier sitio o situación. Hurgarse la nariz con disimulo es ya un ejercicio de alto riesgo. Jose María Romera: Consejo: “Pero ahora ya no hay defensas que valgan. Los gamberros urbanos en el metro de Tokio sacan fotos a las chicas por debajo de sus faldas sin que éstas se den cuenta. Ahora cualquiera puede hacerse con una cámara que te inmortalice comiendo, bebiendo, bailando, copulando o muriéndote en la mesa de operaciones. El corolario del consejo es sencillo: cuando vayas al retrete, actúa como si estuvieras presidiendo un pleno del Senado. No se te ocurra entrar a la frutería con los zapatos sin lustrar. Luce la mejor de tus sonrisas en la parada de autobús.”
2006-01-06 21:47 Y no fumes donde está prohibido o perderás la posibilidad de librarte de mi chantaje.
Saludos