El quijote y el estatuto catalán, los dos grandes protagonistas del 2005; ambos ficticios: hubo otras muchas cosas más importantes, pero más o menos silenciada ETA, de algo hay que hablar. En fin,
Manuel Martín Ferrand desacredita a Gobierno y oposición por su incapacidad para hacer una política civil: “De hecho, el líder de ERC, con un 2,5 por ciento de los votos nacionales, sostiene al Gobierno tripartito que rige Cataluña y, al tiempo, ese tripartito, mantiene la mayoría parlamentaria de Zapatero. Es él quien marca los asuntos y los ritmos de nuestra vida política.
La primera triste consecuencia es que el gran asunto, prácticamente único, de la política española en el año que ahora se acaba ha sido el nou Estatut. Se ha desaprovechado un tiempo propicio en lo económico, oportuno en lo social, esperanzador en lo europeo y errático en lo internacional para entregarse, primero en el Parlament y ya en las puertas del Congreso, a lo que es, más que nada, una demostración de la fuerza de los nacionalistas catalanes —¡PSC incluido!— ante un Zapatero con mucho talante y muy poco talento.”
Año nuevo, política vieja.