Juan Varela,
Una crisis del propio periodismo: “Cuanto más débil es el periodismo, cuanto más amenazados se sienten los profesionales por las fuentes, las empresas, los propios ciudadanos, más se avivan las tendencias corporativistas. El caliente manto protector del título, el carné y la institución en la que todos nos reconocemos es la promesa del fuego y el refugio en la noche fría y oscura.
Pero el periodismo es un oficio bucanero y de combate donde la libertad y la exigencia individual es imprescindible para cumplir el único mandato real de los periodistas: ofrecer la representación más fiable y honesta que puedan obtener de la realidad a los ciudadanos.
Un grupo de periodistas juntos y normativizados es un pastel para cualquier poder. Si además se redactan estatutos, se emiten carnés y se ponen barreras de acceso, la tentación de la censura y el control está servida.”