Carlos Elordi versa sobre la figura de
Tocqueville y su apuesta por el consenso y el diálogo: “Pero Tocqueville no se queda ahí y busca el antídoto contra este veneno del individualismo. Su receta es simple: el contraveneno del individualismo es la libertad. Las instituciones libres —para Tocqueville— son las que predisponen a los ciudadanos a salir de sí mismos, a olvidar sus propios negocios —”la caseta i l’hortet”—, para ocuparse de los negocios públicos. Estas mismas instituciones brindan a los ciudadanos las ideas y los sentimientos propicios para la acción en común, tras sacudirse su apatía hija del individualismo. Tocqueville coloca en el primer puesto de tales instituciones las corporaciones locales y las asociaciones.”
La premonición de Tocqueville.
2005-12-30 01:20 Pero es que la apatía ciudadana es anterior a la negociación del sistema autonómico. Incluso se dio la oportunidad de ser libres cuando el referendum de Europa, y se prefirió no ir a votar y que te lo decidan todo por ti. Así es el sistema liberal de democracia representativa, siempre tratando de que el ciudadano distinga entre la esfera privada donde es soberano, y la esfera pública donde delega en “expertos” representantes. La negociación del sistema autonómico se hace en estas coordenadas, pero vamos, como el proceso de construcción europea, las opas y concesiones a multinacionales etc