Con la Ley antitabaco se ha optado por lo que se viene haciendo de unos pocos años acá: promover un estado policial, que cada uno de nosotros de rienda suelta al policía que llevamos dentro. Es una más de las dejaciones estatales, como delegar en las ONGs el trabajo que debería salir directamente de los Gobiernos. En fin, yo, que odio el humo del tabaco, que soporto malamente los sitios ahumados, creo en la prevención y en la educación antes que en la prohibición. José María Romera, Smoke: “Quienes han redactado esta ley antitabaco no saben lo qué es depender del maldito vicio, al que por muchas barreras disuasorias que se le pongan delante no hay otro modo de vencer que no sea la fuerza de voluntad. Y a veces ni por esas. Sé de lo que les hablo. Pertenezco a la nutrida legión de salvados por la campana. Afortunadamente conseguí divorciarme del pitillo antes de que se decretara la persecución de los apestados. Y digo afortunadamente porque no sé cómo podría ahora aguantar las jornadas enteras de trabajo sin dar una sola calada y las charlas de café sin el aroma de un cigarro encendido entre los dedos. Eso no lo consigue una ley. Así que no cuenten conmigo para delatar al fumador de al lado, aunque me esté echando en la cara su humo de segunda mano.”
2005-12-20 20:55 Deseo que pases muy contento las fiestas decembrinas en compañía de tus seres queridos, que 2006 sea para ti un año de realizaciones, salud y amor.
Un cariñoso abrazo.