A. Karambolis: “Para que se vea que somos grandes, podemos decir que este año, en el estado español se construyeron más viviendas que la suma de las construidas en Francia, Alemania e Italia juntas, y eso, que nuestra población es cuatro veces menor que la que componen esos tres países. Murcia y Almería se llevan la palma del frenesí del ladrillo. En estas provincias existen planes de construcción de un número de viviendas suficiente para albergar una población ocho veces mayor de la que existe actualmente. La evolución de la demografía española no permite suponer que se esté actuando con previsión ante una explosión reproductiva. Tampoco parece que se esté construyendo para proporcionar vivienda digna a los inmigrantes que trabajan a destajo en esa nueva forma de esclavitud que es la industria de la fabricación de tomates en serie. Son segundas viviendas para personas autóctonas y para jubilados de países europeos como Inglaterra o Alemania, que quieren gozar de un tiempo más caluroso y unos precios algo más baratos que los de su lugar de origen. En el caso del turismo inglés se da también lo que se ha dado en llamar el turismo de cadera, que es ése que está integrado por los jubilados ingleses a los que su, cada vez más privatizado y exiguo sistema de sanidad pública, no les cubre la operación de cadera y se ponen en España en lista de espera.”
De grúa en grúa.