Rafael Argullol,
También Zeus debe caer: “Pero si el sueño del hombre, su único sueño en realidad aunque haya tomado mil caras, es vencer tal amenaza [la insuficiencia del tiempo humano], su pesadilla es verla encarnada, recrearla como un interlocutor capaz de recordarle vorazmente su propio miedo. El sueño del hombre es alcanzar a ser Dios y su pesadilla verse obligado a simular que ha alcanzado ese propósito. Porque entonces comprende la miserable situación de Dios al crear seres a su imagen y semejanza: seres que, precisamente gracias a esa imagen y semejanza, le recuerdan de continuo su soledad y su temor.
Blade Runner presenta un momento, quizá posible, de estos sueño y pesadilla. Hace tiempo que el hombre lleva imaginando momentos semejantes como retos decisivos con los que poner a prueba su propio mito. De ahí que Los Angeles-2019, al contrario de tantas escenografas de ciencia-ficción, nos resulte eficazmente íntimo. Está todavía lejano, pero lo sentimos próximo. Es todavía futuro, pero ya es presente. No es una fantasía propuesta contra nuestra realidad, sino una realidad largamente imaginada durante siglos.”