Las declaraciones ayer de Ana Pastor asegurando que el PP aplicará en las Comunidades en las que gobierne una serie de medidas laterales en educación, medidas que parecen legales, es sorprenden por varios motivos, pero sobre todo porque viene a conformar esa desigualdad que tanto critican; una desigualdad, por otro lado, que uno no entiende muy bien por qué se le tiene tanto miedo, cuando un modelo que nadie critica como el estadounidense tiene hasta leyes básicas distintas en sus diferentes Estados. Fernando Ónega: “Eso hace arriesgada la iniciativa. Nos pone al borde de la existencia de dos modelos, según quién gobierne cada autonomía. Condena a los alumnos a cambiar de planes cada vez que cambie el gobierno regional. Es un mal ejemplo para los nacionalistas, que encontrarán aquí disculpa y ejemplo para funcionar al margen de las leyes orgánicas. Y se bordea la desobediencia. Si cada partido puede hacer una libre aplicación de las leyes según su gusto y al margen de lo decidido en el Parlamento, el Estado de derecho empieza a tambalearse.” La rebelión educativa.