Aunque nadie lo diría, Luis Muiño opina que Nos vamos quedando sin mentiras: “Hay dos factores que influyen decisivamente a la hora de dar una forma a aquello que no percibimos con claridad.
Por una parte está nuestra motivación: los deseos y las necesidades influyen profundamente en las percepciones. Un clásico experimento de los años treinta del siglo pasado demostraba que si a la gente se le priva de alimento durante algún tiempo y luego se le muestran figuras vagas o ambiguas, tienden a verlas como comida.
La otra variable tiene que ver con las expectativas de las personas. Saber de antemano lo que queremos percibir influye en lo que vemos. En otro experimento de la misma época se decía a los participantes que iban a ver una lista de animales. Y eso es lo que veían, aunque en la lista había cosas tales como un pirro, un gito y un lobu. La inmensa mayoría de los participantes seguía defendiendo mucho tiempo después que lo que ponía en la lista era perro, gato y lobo; porque eso es lo que esperaban ver.”