Los documentales de animales debieran ser la base de los sistemas educativos en todo el mundo: en ningún otro sitio se aprende tanto sobre el comportamiento humano. Así, comprenderíamos que la actuación de indios y pakistaníes (sus gobiernos) en su raíz no es otra cosa que los golpeteos en el pecho de los gorilas macho o la extensíon de las colas de los pavos reales; sólo que con bombas nucleares. Salman Rushdie nos habla de
El lugar más peligroso del mundo.