Tomás Eloy Martínez,
Una guía para América latina: “Cuando Tulchin llegó al Wilson Center, en 1989, las perspectivas de crecimiento eran tan buenas como las de ahora para América latina. Algunos países las aprovecharon. Otros las despilfarraron en una fiesta con final amargo. A los Estados Unidos de aquella época nadie les disputaba la hegemonía. El Muro de Berlín había caído y Francis Fukuyama anunciaba, erradamente, el fin de la historia. Ahora, el imperio ha revelado su esquina vulnerable y —lo que es más grave— ha perdido autoridad moral. En la jerarquía de intereses de Washington, América latina ocupa el último sótano, aun por debajo de Africa. Estar fuera del círculo de atención es una ventaja. Sitúate en el centro y camina por el costado, enseña un viejo proverbio chino. En la historia, nada es tan valioso como saber aprovechar los instantes de distracción.”