La tele en esto es un buen indicativo: ¿cuántas programas conocen para adultos? Yo apenas tres o cuatro. Caminamos a pasos agigantados hacia una sociedad infantil, apadrinada y, por lo tanto, irresponsable. José María Romera, Una infancia continua: “La puerilidad penetra también en la esencia de comportamientos humanos más determinantes, como los referidos a los sentimientos y a las ideas. Si en estas últimas la posmodernidad ha huido de las ideologías pesadas para moverse entre ideas simplificadoras y relativas, en el terreno de las relaciones personales predominan los encuentros breves, las «relaciones de bolsillo» —como las ha denominado Zygmunt Bauman en su reciente libro ‘Amor líquido’— alejadas de cualquier compromiso. Ya ni siquiera es el deseo quien señala los objetos de atracción a los que dirigimos nuestro empeño, sino algo más liviano como «las ganas», representación de un impulso desprovisto de consecuencias. Como los bebés, nos guiamos por el principio de «me gusta, no me gusta», por el capricho más que por la pasión. No invertimos en sentimientos, sino en emociones; no en ideas, sino en sensaciones.”
2005-12-12 17:00 Exacto.
2005-12-17 04:04 Por cierto, la película Crónicas de Narnia me pareció absolutamente infantil de la era posmoderna, no de los cuentos clásicos infantiles; pero como dice el artículo todos en el cine veinteañeros y parejas con las palomitas gigantes y la coca-cola. La alternativa era quedarse en casa a ver algún show televisivo con el “neng”, otro héroe de la regresión infantil.
El artículo es excelente salvo en que acaba pareciendo una monserga al alma individual muy propicia para la misa de domingo; no atisba que la infantilización puede ser una reaccion instintiva propiciada por la vertiginosa dinámica socio-mediática y tecnológica en la que nos ha tocado vivir.