Amnistía Internacional acaba de hacer público su
informe 2002, y al mundo entero le duele el alma; incluso a la Europa supuestamente “avanzada” le salen los colores. “La tortura y los malos tratos por parte de los agentes de las fuerzas de seguridad del Estado, a menudo contra los extranjeros o los miembros de las minorías étnicas, continuaron siendo frecuentes en Europa. Muchos gobiernos utilizaron los atentados del 11 de septiembre para, en nombre del reforzamiento de la seguridad nacional, tomar medidas que se tradujeron en violaciones de derechos humanos y en mayores restricciones a la libertad de expresión, de asociación y al derecho a recibir un juicio justo, así como en la limitación de los derechos de los solicitantes de asilo”. Así comienza la
selección de acontecimientos ocurridos en Europa desde enero a abril del 2002.