Arnoldo Kraus: “Con el suicidio todo es complejo. El embrollo fundamental se refiere a la autonomía (o no) de los seres humanos. La pregunta siguiente bien ilustra la dimensión del problema: ¿tienen o no derecho las personas para disponer de su vida? Las respuestas suelen ser diametralmente opuestas. Mientras que para unos representa un acto de dignidad y de autoridad, para otros, sobre todo para los religiosos, el ser humano no tiene derecho a quitarse la vida. Compartir significa entender que para algunos suicidas la muerte puede ser un acto lleno de dignidad, que tiene
un tiempo y que es un derecho. Rilke aseveraba—como sucedía con alguna frecuencia en los campos de concentración—que la muerte puede ser ‘el fruto granado de la existencia’. Sin duda, no pocos suicidas se identificarían con las palabras de Rilke.”
Compartir la muerte.