Ya saben, pagan 600 euros a un taxista para que se lea el Quijote delante de una cámara. Ya veo al esforzado lector, dentro de unos meses, charlando con sus clientes en el taxi: que si Clavileño por aquí, que si los molinos por allá, que si el discurso de las armas y las letras es un poco pedante, que si él de joven también soñaba ocn una Dulcinea… no sé, pero da miedo. Por otra parte, está fatalmente pagado. Ya desde aquí lo advierto para futuros empresarios: yo no leo nada por menos de 2000 euros. José María Romera, Lector: “Estos días pasados oía a un pedagogo advertir de lo contraproducente de las lecturas obligatorias en la escuela. Sólo sirven, decía la lumbrera, para que los chavales las detesten el resto de su vida. Seguramente el pedagogo pensará que frente a las lecturas forzadas lo adecuado son las lecturas recompensadas, como la del taxista de Leganés. Si cunde el ejemplo, ya pueden prepararse los maestros para cuando sus discípulos les reclamen el correspondiente estipendio por leer El principito. Y es que en estos tiempos todo el mundo quiere cobrar por todo. En fin, los programadores de festejos y fastos sabrán lo que hacen. Aunque me temo que la ocurrencia de poner un lector a sueldo al Quijote es un mal remate para el año conmemorativo. Algo así como el reconocimiento de un fracaso.”
2005-12-01 12:59 Pennac en “Como una novela” (Anagrama) retrata bastante bien esta situación. Por mi parte, considero mil veces más eficaz intentar aficionar a la lectura (sin que se note; porque entonces no se consigue nada) con Verne, S.E. Hinton, Salgari o Scott que con toda esa Gran Literatura Clásica (de gran calidad, no lo discuto) que un lector de catorce años probablemente no va a querer afrontar. Cuando pasen los años y una lectura le lleve a otra, ya aterrizará por ahí, paciencia.
Pero El Quijote así, de entrada y obligatorio: NO