Eduardo Jordá: “Iba a escribir un artículo sobre la Alianza de Civilizaciones, cuando ha sonado el pitido del fax. Hace tiempo que no recibo faxes (casi nadie los usa desde que se ha popularizado el correo electrónico), pero se ve que hay gente que sigue apegada a los viejos sistemas de comunicación, igual que hay gente que sigue haciendo los cálculos en pesetas y que sigue hablando de España como si fuera un país normal. El fax, redactado en inglés, era una especie de factura que procedía de una naviera con nombre escandinavo. Por supuesto que no iba dirigido a mí, sino a una empresa de Lahore, Pakistán, llamada Universal Trading Corporation. Cuando he conseguido desenredar la maraña del lenguaje burocrático en inglés, he averiguado que el fax era un aviso de envío de un cargamento comercial, algo que tiene el nombre administrativo de
conocimiento de embarque. El aviso daba cuenta del envío de doce toneladas de aceitunas andaluzas a Karachi, que es el puerto más importante de Pakistán, según he podido comprobar en un mapa.”
El pitido del fax.