“Para disimular la falta de participación y de transparencia, los actuales constructores de Europa se refugian en la existencia de unos supuestos valores europeos, cual esencia espiritual invisible, que dicen defender sin haberlos nombrado nunca. Los valores europeos son una de esas realidades que sólo existen y se comparten si no se describen, pero que en cuanto se pretende definirlas, ni queda claro cuáles son ni es seguro que se compartan. Y, aún peor, el progreso del proyecto europeo entendido como la creación de un bloque competitivo con Estados Unidos
el modelo de Aznar y Piqué podría apartarlo definitivamente de esos supuestos valores fundacionales.” No estaría mal que en los medios de comunicación se empezara a exigir lo que desde años llevan reclamando muchos grupos de ciudadanos de la Unión Europea: democracia. Salvador Cardús i Ros:
Europa, un despotismo ilustrado.