El próximo viernes empieza el Mundial de fútbol en Corea y Japón. Puede que no les guste el fútbol, pero la trascendencia del evento va mucho más allá de la celebración de un juego: “Los economistas hacen un cálculo simple: si una buena parte de la población llega a trabajar dos horas tarde los días del Mundial, habría una reducción del 25 por ciento en el horario laboral. Asumiendo que la mayoría trabaje por lo menos una hora extra para recuperar el tiempo perdido, se podría calcular una reducción del 10 por ciento en la jornada laboral”.
La Copa Mundial, la productividad y la política, de Andres Oppenheimer.