Joseph Stiglitz,
Greenspan se va en medio de aplausos no siempre merecidos: “Pero el verdadero problema para el legado de Greenspan tiene que ver con lo que le sucedió a la economía estadounidense en los últimos cinco años y de lo cual él es responsable en gran parte.
Greenspan apoyó los recortes fiscales de 2001 con los argumentos más engañosos —que a menos de que se hiciera algo con respecto a los elevados superávit fiscales de Estados Unidos, la deuda nacional estaría totalmente pagada en unos diez o quince años—. Según Greenspan, había que tomar medidas inmediatas para evitar ese desastre inminente, que le restaría a la Reserva Federal capacidad para dirigir la política económica.
Que los mercados financieros hayan tomado en serio ese argumento dice mucho de su credulidad. En términos más exactos, los recortes fiscales eran lo que quería Wall Street, y los financieros profesionales estaban dispuestos a aceptar cualquier argumento que los justificara.”