Ha caducado la petición de medalla para Aznar en el congreso norteamericano. Javier Cuervo: “Lo peor de las medallas es trabajar por o para ellas, quererlas y postularse de solapa para lucirlas. No digamos pagar para conseguirlas contratando los servicios de un lobby, aunque sea con dinero propio, lo que no fue el caso. Dicho esto, desde la lógica de las medallas, Aznar merecía esa condecoración: propició una guerra contra un pueblo lejano y contra la voluntad de su propio pueblo. Se alimentó con una dieta de mentiras que sirvió a sus compatriotas a través de los medios de comunicación disponibles. Hizo que todo su partido la aceptara, unos con entusiasmo de turuta, otros mascando su regañadientes sin meter ruido. Con el corazón partido entre la vieja religión y el neoconservadurismo, entre el Vaticano y Washington, eligió contra su Dios y contra su Papa.” La merece.