Fernando Fernán-Gómez escribe sobre los nuevos
historiadores: “Aquí, en España, entre un grupo de exigentes, escrupulosos, historiadores ya ha prendido esta tendencia retrohistoricista. Al partir de la investigación retrohistórica del presente español hallan que tiene su causa en nuestra guerra civil, y que ésta no se inició en la fecha que hasta ahora todos los historiadores daban por válida, julio de 1936, sino que tuvo su causa, y no solamente su causa sino también su inicio, en la revolución obrera de Asturias de 1934. Como es sabido, para sofocar el brote revolucionario se trajeron apresuradamente de Marruecos fuerzas de la Legión que operaron según las directrices marcadas por el general Franco. Para los historiadores adictos a la retrohistoria había estallado la guerra civil sin esperar al 18 de julio de 1936.
Aquel fue el acontecimiento. ¿Cuál fue la causa del acontecimiento?
Ahora, sumergidos ya en plena retrohistoria, los retrohistoriadores de esta tendencia retrohistoricista deben cuanto antes poner manos a la obra de investigar cuál fue la causa —o cuáles fueron las causas— de aquella revolución obrera de 1934, pues si investigan con la aplicación y la honradez obligadas en su magisterio, hallarán en esa causa o causas el origen no sólo de la guerra civil sino de todos los hechos históricos que, para bien o para mal, han acontecido después.”
La retrohistoria. [Ref.:
Diario de un aspirante a tertuliano]