Cándido Marquesán Millán: ”[España] hoy es una sociedad democrática, así lo establece nuestra Constitución, y por ello es posible la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. Los cambios, anteriormente expuestos, han producido una España diferente, en la que la Iglesia católica está descolocada, ya que no puede entender ni adaptarse al cambio, ni acepta el pluralismo, ni le cabe en la cabeza una sociedad laica, ni por supuesto ha sabido adaptarse a una sociedad democrática, sobre todo, porque es una institución per se antidemocrática; de hecho el Estado del Vaticano, es la última monarquía absoluta que queda en Europa, cosa que queda patente en el artículo primero de su Constitución donde se establece que los tres poderes, legislativo, judicial y ejecutivo, se concentran en el Romano Pontífice. Así, hoy no es de recibo el mantenimiento de unos acuerdos, que podrían explicarse y justificarse en determinadas circunstancias coyunturales, que han desaparecido de pleno.”
La cuestión religiosa.