Carlos Alonso Romero,
Pequeños policías: “Hace poco pude leer que una escuela de Santa Coloma de Gramenet había puesto a patrullar la ciudad a niños de ocho a doce años, en horario escolar y guiados por sus maestros, para que entre todos denunciasen los actos incívicos que se pudiesen observar.
Sobre este despropósito, cuatro observaciones:
1) La mentalidad policial que existe entre la ciudadanía, ese disfrute que obtienen con la delación de delincuentes y otra “chusmilla”, no es espontáneo, no es una reacción moral; está inducido por su educación. Es una conducta condicionada. Resulta completamente asqueroso poner a niños a hacer ese trabajo ¿en qué clase de sociedad vivimos? Es una pregunta retórica, no hace falta que me contesten.”