“Más que el marisco, las rías, la catedral o el recién depuesto monarca Don Manuel I, lo que realmente identifica a Galicia es la lluvia.” Y afortunadamente ha vuelto a remojar la tierra y demás especímenes que habitan esta cornisa del noroeste de España. Ánxel Vence celebra que el cambio climático no haya privado a esta comunidad del elemento natural que confiere gran parte de su carácter e identidad nacional [gallega]; y tras caer en la cuenta de la necesidad de su existencia para conservar el paisaje gallego en todo su esplendor, plantea la conveniencia de proteger y garantizar el derecho a la lluvia como derecho fundamental del pueblo gallego y sus gentes. “La inminente reforma del Estatuto ofrece, efectivamente, una magnífica oportunidad para incluir entre los artículos que se le añadan uno que establezca el derecho de los gallegos a la lluvia, del mismo modo – y con más razón – que la nueva carta autonómica de Cataluña garantiza el derecho de los ciudadanos de aquel reino a gozar del paisaje”. Ahí queda eso.