Mario Roberto Morales: “En el resto del mundo, la literatura ya casi no tiene candorosos practicantes como estos de Centroamérica. Allí, los temas de las novelas los deciden los ejecutivos de mercadeo de las grandes editoriales, para luego pasárselos a los agentes literarios quienes los hacen llegar a sus escritores para que éstos se pongan a escribir y ganen un certamen, después lo cual deben firmar un contrato en el que se comprometen, entre otras cosas, a hablar bien del anterior y el próximo premiado, así como a endiosar a quienes forman parte del círculo que decide a quiénes se les otorgan los galardones. El resultado es lo que el mercado editorial considera su gran triunfo: haber hecho de la “literatura”, por primera vez en la historia, un bien de consumo masivo. Con lo que convirtió a los escritores —tal y como los hemos conocido— en una especie en extinción, a no ser en reservas naturales en las que, como en Centroamérica, la maravilla del atraso sigue impidiendo que la civilización acabe de llegar con sus alucinantes espejitos de colores, y la hace naufragar en nuestras playas convertida en indescifrables añicos.”
Literatura del atraso.
2005-10-10 21:38 Vale. Pero me pregunto que pensarán de ese supuesto reducto para la literatura los centroamericanos, esos que no pueden publicar un libro porque la industria editorial es inexistente.
2005-10-11 15:19 Ya… Otro listillo más descifrando el siniestro mundo editorial. Y sin cortarse un pelo, vamos, poniendo los acentos sobre las íes, porque parece que se las sabe todas: aquí, en España, sin dudarlo un instante, todos somos unos sinvergüenzas cuyo único propósito al levantarnos por las mañanas es asesinar la literatura. Pero todos, ¡eh!, todos. Menos mal que nos queda Centroamérica y su bien engrasada maquinaria intelectual, sus francotiradores dispuestos a jugarse los dineros propios en empresas culturales, su certero sentido de la literatura: “como una mulata que camina por la playa con un clavel en el pelo”. `¡Anda ya…!