“Quien sabe si las clásicas bibliotecas, concebidas en su origen como espacios de almacenaje, catalogación y consulta de grandes cantidades de libros, darán paso en un futuro cercano a asépticas
arquitectónicamente hablando salas de proyección en las que el usuario, pertrechado de los útiles digitales convenientes [...], efectuará el sano ejercicio intelectual de leer un clásico de la literatura enfrascado en un entorno envolvente donde no sólo actúan dinámicamente los órganos oculares, sino también los táctiles y los sonoros”. Creamos en el futuro del libro digital.
La realidad virtual leída es un estupendo artículo de Manuel Viñas Limonchi.