El revuelo que se ha armado en los medios por las declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid, contrarias a la actitud oficial de su partido, viene de que no estamos acostumbrados a que los líderes y miembros del PP digan lo que piensan, atados como suelen estar a la disciplina de partido. Carlos Carnicero: “La falta de acuerdo en un partido no es, necesariamente, sinónimo de desorden; puede ser un escaparate de salud democrática. Pero sucede que el PP siempre ha presumido de que la unanimidad era virtud y la discrepancia, caos y anarquía. Ahora, en el PP no hay consensos básicos, porque la convivencia de culturas políticas tan diferenciadas como las que se sitúan, prácticamente, en la extrema derecha y los reformistas de centro obliga a un equilibrio permanente que solo es posible desde un cesarismo indiscutible como el que ejercía José María Aznar.” Rajoy y los suyos.