La tésis de José Javaloyes es que el gobierno marroquí utiliza a los emigrantes subsaharianos para asediar la ciudad de Melilla, que los marroquíes consideran propia y no española, desde que fue capturada por el duque de Medinasidonia en el siglo XV. “Los subsaharianos que fluyen sobre Melilla desde el fondo del desierto y luego de atravesar Marruecos (país en el que no se mueve una hierba sin que lo sepa su Policía), al margen de mayores problemas y dificultades, completan con su presión sobre el perímetro melillense, la otra fuerza que desde dentro de Melilla genera la expansión demográfica de la población musulmana de origen marroquí, tenga o no pasaporte español. Si son musulmanes son también súbditos de Miramamolín o Emir Almuminin, que quiere decir “Comendador de los Creyentes”. Esas proporciones demográficas, afectadas por la peculiaridad islámica (que suele integrar en una sola cosa la religión y la política) adquieren, guste o no reconocerlo, cualidades críticas, notas de riesgo que no han sido adecuadamente estimadas por muchos Gobiernos españoles; y por éste de Rodríguez, menos que por ninguno.” El ariete subsahariano.