Miguel Santa Olalla Tovar,
Los padres y los hijos: “Los hijos de la dictadura veían en la libertad de sus hijos una prolongación de su propia libertad, de algo que no habían podido tener ellos. Cuando eso se termina llevando al extremo, la voluntad de los hijos acaba convertida en la norma fundamental de las relaciones familiares: el niño tiene que ser feliz, sin que nada pueda causarle daño. Se trata del proteccionismo y la permisividad extrema, que no forman personas, sino pequeños tiranos, y que tanto daño está haciendo en nuestra sociedad, en la que, por otro lado, es más fácil preocuparse por lo que tienen los niños que por lo que son. El resultado en las familias terminado siendo nocivo, por no hablar de las consecuencias que todo esto tiene en sus aulas. ¿Es tan complicado encontrar un término medio entre el autoritarismo y la permisividad? Sabemos que sí, pero exige mucho más esfuerzo que cualquiera de esos dos extremos.”