Cuando un miembro del Partido Socialista llega al poder, hay que echar a andar el cronómetro. Para ver cuánto le dura el izquierdismo. Ahí tenemos el anuncio del aumento de los impuestos en el tabaco, el alcohol y la gasolina, tres drogas legales. Pero a ninguno de estos gobernantes se le ocurriría gravar los coches con mayor cilindrada o los diamantes, drogas exclusivas de quienes ganan más. José Luis Corral: “El Gobierno socialista, lo de socialista en un decir, acaba de lanzar lo que imagino es un globo sonda para calibrar cómo responde el personal: anuncia que va a subir los impuestos sobre la gasolina, el tabaco y las bebidas alcohólicas para financiar la deficitaria sanidad. Es decir, que se dispone a aplicar subidas lineales y porcentuales en forma de impuestos indirectos, los más insolidarios y los menos de izquierdas. Con ese tipo de medidas económicas no creo que se solucionen los problemas, y sólo se favorece, como siempre, a los que más tienen. A los beneficiarios de altas rentas les importa un comino que le suban un céntimo el paquete de tabaco, la caña del aperitivo o el litro de gasolina, en tanto para los sufridos perceptores de las rentas más bajas cada subida de impuestos indirectos supone un verdadero drama. Al Gobierno central, a las comunidades autónomas y a los ayuntamientos, estén gobernados por la derecha o por los socialistas (en coalición o en solitario), sólo se les ocurre subir los impuestos indirectos para financiar su deficiente gestión.” Impuestos insolidarios.