Juan José López Burniol, Meditación para la Diada: “El problema de Catalunya es, en estos momentos, el de su clase dirigente política.
Buena parte de los políticos catalanes llevan demasiado tiempo encerrados con un solo juguete, que es la afirmación identitaria de Catalunya, realzada muchas veces más por medio de la negación sistemática de España —la innombrable, la que no tiene nombre— y la erosión deliberada de su Estado, que por la inteligente potenciación del autogobierno.
No deja de ser ilustrativo, en este sentido, que la reforma del sistema de financiación sea hoy reivindicada como imprescindible y urgente por la práctica totalidad de la sociedad catalana, mientras que —pongamos por caso— la apelación a los derechos históricos como factor de legitimación de algunas competencias concretas sea percibida —por quienes se paran a pensarlo, que son pocos— como algo artificial y forzado. Lo que sucede es que un amplio sector de la clase política catalana ha instrumentalizado aquella afirmación identitaria al servicio de sus intereses partidistas, prostituyéndola y tornándola cuanto menos ajena para una parte, mayor o menor, de los ciudadanos de Catalunya.”