Este verano leí Einchman en Jerusalén, ensayo de Hanna Arendt, y me quedé impresionado de la capacidad analítica de la autora, de la capacidad de redondear y dar forma y hacer apasionante una cantidad de datos tan ingente. Su pesquisa del juicio al oficial nazi es un ejemplo de cómo afrontar un estudio histórico, sobre todo en estos tiempos de maniqueísmos interminables. Juan Pedro Quiñonero nos da un breve esboza de la autora: Hannah Arendt: Una mujer libre, contra fanáticos socialistas, liberales, comunistas y demás ralea: “En verdad, la Arendt no fue socialista, no fue liberal, tenía una visión muy personal del judaísmo, fue anti capitalista sin llegar a ser socialdemócrata. Y sentía horror físico por nazis y comunistas. Fue una mujer libre. Nadie ha criticado a Marx como ella. Su crítica de todos los totalitarismos continúa siendo ejemplar. Sus grandes amigos (Mary Mc Carthy, la gran novelista, y Hans J. Mogenthau, el teórico eminente de las relaciones internacionales, entre tantos otros) venían de muy distintos horizontes.”
2005-09-07 12:34 Hola, Marcos,
DOBRE O TRIPLE GRATITUD por tu tradicional y amistosa generosidad..
JPQ