César Antonio Molina,
La ciencia de la literatura: “Aunque lo que yo busco en la ciencia es lo mucho que tiene de literatura. Coleridge asistía a las clases de química de Humphry Davy para renovar su repertorio de metáforas. Las afinidades electivas, título de una obra de Goethe que utilizó con una connotación erótica es, en realidad, un préstamo científico. Keats, de entre los románticos ingleses, fue quién más aunó sus conocimientos médicos con lo poético. Y ya más contemporáneamente T.S. Eliot en «tradición y talento individual» emplea metáforas químicas para explicar el pensamiento del poeta, «la analogía es la catálisis. La mente del poeta es el trozo de platino». Enzensberger en Los elixires de la ciencia ha seguido el rastro de aquellos científicos que han vivido sus vidas como unos escritores ocultos habiendo contribuido decisivamente al conocimiento de la existencia tanto o más que muchos reputados literatos. ¡Qué analfabetos somos en tantos ámbitos del saber! ¡Qué orgullosos nos encontramos ante nuestro estatus de ignorantes! Poesía y ciencia, para Enzensberger, buscan lo mismo: el vacío, lo intangible, lo invisible, respuestas a las propias preguntas.”