Ignacio Ramonet,
Rebeldes a la tele: “En Canadá, Estados Unidos, y desde hace poco en Francia, las asociaciones de lucha contra la violencia, la publicidad y el sexo en la tele organizan cada año «la Semana sin TV». Los activistas de estas asociaciones consideran que la adicción a la televisión provoca una dependencia semejante a la que ocasionan las drogas duras, y que, a diferencia de los demás medios (prensa escrita, radio, Internet) mantiene al telespectador en un estado de pasividad completa que le impide reflexionar, y desarrollar su sentido crítico.
Dejar de ver la televisión se está convirtiendo en una decisión política, pues la imagen social de la televisión está muy desprestigiada y muy desvalorizada. Por eso, las características sociológicas de muchos boicoteadores de tele no sorprenden. El 24% de ellos poseen un diploma de estudios superiores. Lo cual indica que no tener televisor es ahora un marcador de clase. Y clasifica al «rebelde» como miembro de las categorías socioprofesionales más educadas y más cultas.”