“Si no has temblado y gozado, aunque sea por un vislumbre, con el juego de las matemáticas o el de la música, bien puedes, amor mío, decir que no has vivido nunca, que no has estado aquí”. Razón a la locura, de Agustín García Calvo.
Marcos Taracido | 22/05/2002 | Artículos | Literatura