“Quizás sea más que coincidencia que José María Aznar, presidente del Gobierno español y también de turno de la Unión Europea, haya insinuado que el ascenso de Le Pen es consecuencia de la blandura con la que se ha abordado la cuestión de la inmigración irregular. Pero lo cierto es justamente lo contrario: si los gobiernos democráticos de Europa pretenden ocupar espacio de la ultraderecha racista adoptando cierta xenofobia institucional para impedirle el crecimiento electoral, lo que hacen es abrir el camino al afianzamiento de los fascismos de camisa de seda y corbata en la Unión Europea”.
Inmigración, xenofobia institucional y racismo, de Xavier Caño Tamayo.