“Todo conocimiento admite dos usos distintos: puede servir a un propósito inmediato, como guía de una actividad técnica, y puede servir a una finalidad más permanente y menos visible al orientar el pensamiento y la conducta a largo plazo. Al segundo uso le llamamos humanidades y alude al refinamiento y al embellecimiento de la vida. Su carácter es formativo”. Tras esto, Jacques Barzun da su
Adios a las humanidades. Yo también. No sólo se diluyen entre la especialización, sino que las desprestigian y les quitan el sentido al convertirlas en una mera recopilación de datos.