“La junta militar que gobierna Birmania ha salvado las apariencias al poner en libertad, tras 20 meses de arresto domiciliario, a la Premio Nobel de la Paz y líder del movimiento por la democracia, Aung San Suu Kyi. Sin embargo, no todo el mundo está convencido de que los motivos tras la liberación sean honestos, o de que el anhelado cambio político esté próximo”. En
Birmania: encarando el futuro se analizan los intereses políticos y económicos de esta liberación, que bienvenida sea.