Estoy de acuerdo con este artículo de Miguel Pajares sobre
Inmigración y extrema derecha, en el que hace tres propuestas para evitar que la inmigración sea una bandera de la extrema derecha: 1) Igualdad de derechos para los inmigrantes; 2) hacer una política de inmigración más cercana a la realidad social y económica europea; 3) Que los partidos y los medios adopten un discurso anti-xenófobo. Pero creo que falta un cuarto punto para evitar que la extrema derecha gane votantes con su discurso contra la inmigración: que los empresarios paguen los mismos sueldos y otorguen los mismos derechos a los inmigrantes que a los europeos, que no haya nadie que pueda decir que perdió su empleo porque un inmigrante hace el mismo trabajo por menos dinero y menos prestaciones; y en eso son responsables los empresarios y los sindicatos. Una de las vías de integración más eficaces es que las personas, sean o no inmigrantes, tengan un trabajo y un sueldo dignos.