”¿Cómo han resuelto otras sociedades
y la nuestra la angustia que genera el pensamiento y la consciencia de la propia muerte? Usando el arma más potente de que dispone el ser humano: el simbolismo, la creación de mundos simbólicos por medio de la capacidad del imaginario humano (...). Para ello y gracias a ello, repito, se han construido los sistemas religiosos”. El problema lo tenemos quienes no usamos ese arma en esa empresa:
El encuentro con la muerte en las sociedades occidentales.