Me gusta leer sobre artistas que no pertencen a grupos o firman manifiestos; más si esa rebeldía es involuntaria, una especie de debilidad, porque entonces no tiene explicación y los jefes no saben qué pensar.
El príncipe de los bohemios es un artículo de Carlos Rehermann que trata sobre Amedeo Modigliani y su falta de pertenencia al status quo de su tiempo, que incluía a Picasso y Matisse.