Últimamente, y sobre todo tras las elecciones francesas, hay un cuestionamiento general de los políticos y de la política. Lo sabemos porque existe cierta libertad de expresión. ”¿En quién confiar? El presidente de México miente a su pueblo, pero igualmente el de Cuba viola el compromiso, tácito y explícito de mantener como privada una plática telefónica entre jefes de Estado. ¿En quién confiar, pues?” Parece que ya nadie se atreve a pensar que un político quiera o pueda hacer su trabajo.
La necesaria confianza, de Rossana Fuentes-Berain.