Ramón Pueyo escribe sobre los oligarcas rusos, que están entre los hombres más ricos del planeta y basan su fortuna en la corrupción de un país en pleno proceso de desconstrucción: “El poder económico de los oligarcas rusos es considerable. De acuerdo a un informe del Banco Mundial, el 35% de la producción industrial rusa está controlada por 23 oligarcas. Otras estimaciones anteriores situaban la cifra en el 60%. Su presencia se hace notar principalmente en sectores como el petróleo, metalurgia y banca. Aunque existen distintas estimaciones, Newsweek informaba recientemente de que la productividad en las compañías controladas por los oligarcas es más baja que en el resto de compañías, si exceptuamos las empresas estatales. Gestores mediocres. Además, son especialistas en conseguir favores. A expensas de la competencia. Y del desarrollo del sector privado ruso. Quintaesencia del capitalismo de amiguetes.”
El fin de los alquimistas.