A quienes defienden el libre comercio se les olvida con demasiada frecuencia, que no es posible construir un sistema de libre competencia sin que previamente se garanticen la igualdad de condiciones entre quienes participan en el juego del mercado.
Mariana Martínez escribe de manera crítica sobre “el efecto colateral del libre comercio: la pérdida de fuentes de trabajo de pequeños y medianos productores, fundamentalmente en el agro y la microempresa”, en lo que coincide con el informe presentado por Christian Aid que viene a confirmar que tal y como están planteadas el actual sistema de comercio, son las economías más pobres, las más gravemente golpeadas por la competencia de los más fuertes.
Las “trampas” del libre comercio.
2004-09-26 04:15 Dice Martínez: “Aquellos que apoyan el libre comercio tienen en su mente uno de los componentes de la ecuación del Producto Interno Bruto (PIB) de un país: las exportaciones. Si crecen las exportaciones, crece el PIB, gana el país y ganan los productores. La ecuación parece cerrar por todos lados. Entonces ¿por qué decirle no al libre comercio?” Es lógico que si la defensa que conoce del libre comercio es tan burda, llegue al absurdo de mostrarse por un lado favorable al desarrollo de los pobres y por otro ser crítica con dicho libre comercio. Un repaso a Wilhem Röpke o Harberler no le habría sobrado.
2004-09-26 17:14 El propio título del artículo es contradictorio. Si el “libre comercio” esconde “trampas”, ¿por qué concederle el apelativo de “libre”?. Dejemos de calificar de “libre comercio” a lo que no son más que reglas impuestas por el capitalismo corporativo contra el interés público y el pequeño negocio.