Fran Sevilla: “Siendo niños mi abuelo Rafael nos corregía siempre que decíamos tener hambre. “Vosotros tenéis apetito. El hambre no sabéis lo que es”. A mí se me quedó esa utilización precisa de los términos, del matiz, que conlleva también un reconocimiento ético de la diferencia entre una y otra cosa. Entre tener apetito y pasar hambre. Ahora utilizo siempre la primera expresión, lo que suena a cierta pedantería a quienes no conocen la anécdota de mi abuelo o no reparan en la diferencia vital. La mayoría de quienes habitamos el mundo opulento, el mundo rico, no sabemos realmente lo que es tener hambre.”
Apetito para todos.