José Guimón: “Las pruebas de la nocividad de la pornografía no son científicamente definitivas, por lo que las opiniones al respecto tienden a ser normativas, moralistas. Así, se tiende a considerar psicológicos efectos que son ideológicos o morales. Según algunos autores, se utiliza el concepto de “dignidad humana” en lugar de otros conceptos anteriores cargados de moralismo como el de “atentado a las buenas costumbres” o “al orden público” o el de que “la persona humana es sagrada”. Los pensadores más conservadores reclaman restricciones importantes en defensa del bien sexual , que se define como “relaciones heterosexuales estables sostenidas por un amor recíproco”. Los más liberales son más tolerantes con la pornografía en nombre del derecho a la vida privada y a la libertad de expresión.”
Erotismo y pornografía.