Hace poco se nos llamaba
imbéciles y cobardes por cuestionar la actuación del Gobierno ruso en la masacre de Beslán. Ussía jugaba al viejo tópico cercano al fascismo: o conmigo o contra mí. Últimamente vemos ese maniqueísmo disfrazado de múltiples trajes, pero sobre todo viste al patriotismo: un verdadero patriota jamás critica a su país en momentos difíciles; y este concepto de patria engloba al mundo occidental en esta guerra imaginada entre oriente y occidente. Lo que subyace es sencillo: para los gobiernos que lo promueven se trata de la manera más sencilla de tener vía libre para crear un Estado a medida y encubrir la perpetuación en el poder y el absoluto control de la nación con medidas populares destinadas a mantener la seguridad; para las ideologías, los individuos, en unos casos se trata de una saudade por la forma de hacer las cosas con la que crecieron, y en otros por un perfecto conocimiento de las grietas de la democracia: para unos, en fin, el pesado lastre de un hermano muerto, y para los otros un anciano molesto y testarudo.
André Glucksmann escribe un durísimo artículo preguntándose hasta cuando occidente va a seguir permitiendo las atrocidades rusas en Chechenia:
Beslán, la moral y la política [*pdf].
2004-09-17 13:30 El jefe checheno Basáyev reivindica el secuestro de la escuela de Beslán..
2004-09-21 23:01 Guerra imaginada hasta que pongan una bomba en tu putrefacto culo, en cuyo caso dejará de ser imaginada.
2004-09-21 23:24 El primer impulso fue borrar tu mensaje de inmediato por no saber comportarse con las mínimas normas de educación exigibles, pero después, aprovechando que el insultado era yo y no otro, decidí que merecía la pena responder, aunque brevemente: aprende a leer; la primera norma es hacerlo con calma; la segunda, más difícil de cumplir, es hacerlo sin odio ni ira. En cuanto a mi culo putrefacto, no creas que a veces no lo pienso yo mismo, y los que me rodean. Saludos.